miércoles, 21 de octubre de 2015

Creo que nunca me he parado a pensar en como soy realmente. Nunca he pensado en las cosas que me gustan, en las que no, en lo que quiero y en lo que jamás querré. Creo que ese es un buen principio para amueblar mi cabeza sin correr el peligro de que todo se derrumbe, y es que siempre he tenido más presente lo que son o lo que quieren los demás. Tengo la mala costumbre de involucrarme, de intentar atender a todo y a todos, y solo he conseguido dejarme a mi en un segundo plano. Intento abarcar tanto que se me escapa de las manos, quedándome al final con muy poco de todo, pero sin tener nada a lo que aferrarme fuerte para no perder el norte... Y aquí estoy, sin norte, sin futuro, sin destino. Mi vida va dando tumbos, y cuando creo haber encontrado un terreno firme sobre el que pisar, éste desaparece dejándome de nuevo perdida.
Me he dado cuenta de que, antes de buscar mi futuro, tengo que saber como soy a día de hoy, y es lo que estoy intentado.
Soy simpática, pero solo con quien quiero, eso si lo sé. También sé que puedo llegar a querer de forma casi obsesiva, y a preocuparme tanto como para ser en sí un comportamiento preocupante. Pero doy todo lo que tengo por los que quiero. Puedo partirme la cara con gigantes por lo que defiendo, por mis ideas, por la gente que quiero, pero a penas puedo espantar una mosca cuando se trata de volarme a mi misma. No tengo confianza en todo aquello de lo que sé que soy capaz, la verdad es que es un poco raro. Soy consciente de que puedo conseguir muchas cosas, pero a veces no confío en poder hacerlo... y me rindo. Si tuviera que escribir un manual de instrucciones sobre mí probablemente sería muy extenso y contradictorio.  
Odio las bebidas con gas, pero prefiero la fanta de naranja a cualquier otra. Amo el café de cualquier forma en la que se pueda beber. Sin embargo, si es café solo caliente, no soy capaz de darle un mínimo sorbo. Prefiero el Nesquik al Cola Cao. Odio la carne roja, pero adoro las hamburguesas. Me encanta el pescado. Adoro los dulces pero odio la crema y el cabello de ángel. Prefiero el Mc Donalds pero casi siempre voy al Burger King. Jamás llevo pendientes. Puedo ponerme una falda con una camisa y sentirme igual de bien que con deportivas y sudadera. Adoro el frío, mi época del año favorita es el otoño, sin duda. Me encanta la Navidad, y soy de las que prefieren regalar a que le regalen. Me siento mejor viendo las reacciones de las personas al abrir regalos que abriéndolos yo misma. Odio que me regalen ropa y odio que me toquen el pelo. Amo leer. escribir, escuchar música, cantar, bailar, actuar... Me gusta mucho la hostelería, todo lo relacionado con el clima y el medio ambiente, pero yo me veo trabajando en una editorial. Lo mejor de todo es que estoy en ciencias y me gustan más cosas de letras. Acostumbro a tomar malas decisiones pero intento quedarme con lo bueno. No me arrepiento de lo que hago, si no de lo que no hago, y si cometo un error acato las consecuencias. Odio compadecerme de mi misma pero lo hago demasiado a menudo, suelo olvidar que hay gente que está peor que yo y me siento realmente mal por eso. Sé afrontar momentos difíciles y cómo actuar en ellos pero cuando pasa lo malo me torturo pensando en qué podía haber pasado si no hubiera actuado con tanta rapidez, lo sé, es estúpido. Vivo en una friend zone constante. Siento que soy demasiado joven para mantener una relación seria pero a mi eso de "me lío contigo pero no somos nada" no me va ni un pelo. Odio a los machistas, a los homófobos, a los racistas, a los maltratadores, a los violadores, a los asesinos, a las personas que pretenden hacerte pensar como ellos piensan, a los radicales, a los extremistas... No creo en Dios, ni en la Iglesia, ni en la religión, ni en nada de eso, pero respeto a todos aquellos que si creen, respeto el cristianismo, el islam, el budismo y toda clase de creencias pero odio a la gente que usa su fe como escusa para hacer el mal. No me gustan las broncas, me gusta caer bien, pero que no me toquen las narices. Soy rencorosa y vengativa hasta hartarme y repetir pero solo en ocasiones muy puntuales. Intento mantener el control de todo y soy responsable. Me ubico fatal. Jamás he perdido el móvil, ni las llaves, pero si he perdido más de un monedero, y con bastante dinero dentro. Soy despistada con las cosas que no me interesan desde un principio y soy incapaz de aprenderme fechas de cumpleaños, me cuesta muchísimo. Puedo recordar caras después de meses sin verlas, y nombres y apellidos aunque esté años sin oírlos. Si tienes que repetirme cualquier cosa más de tres veces deja de intentarlo, jamás lo recordaré. Puedo estar horas, e incluso días sin tocar el móvil, pero a quien me quite el ordenador le corto las manos. No puedo obligarme a escribir, si escribo es porque me sale y cuando me sale. Acostumbro a dar consejos a otros y no saber aplicarme el cuento. Puedo ser mas falsa que un billete de treinta euros si quiero, pero no me gusta nada ese comportamiento, de echo odio a la gente falsa. No hay nadie que me caiga peor que una persona que cree que el universo gira a su alrededor y odio a aquellos que solo saben quererse a sí mismos. No me gusta que me vacilen, ni un poco. Sé reírme de mi misma pero no hay porqué pasarse. No me gusta que se exageren las cosas que hago o digo. Me frustra muchísimo que no me escuchen o que me corten cuando estoy hablando, si no quieres escuchar te vas, pero no interrumpas. Odio que me levanten la voz y que se metan en mi vida o comenten acerca de ella sin tener ni idea. No me gustan los cuchicheos ni los secretitos, son de críos. Intento caer bien, pero si desde el principio no me gustas no me interesa ni tu nombre. Odio las preferencias dentro de un grupo de iguales. Soy de esas personas que le echan el ojo al trozo mas grande y apetecible de toda la pizza pero todo aquel idiota que empiece con gilipolleces del tipo "este trozo es mio" o "ese lo quería yo" me cae mal. Me encanta estar sola, disfruto muchísimo de la soledad, pero no podría vivir sin gente a mi alrededor.
Hay muchas cosas de mi que no me gustan, físicamente atraigo lo mismo que un pedrusco pero me gusta mi personalidad. Soy la frase "por lo menos es maja" personificada, pero en realidad me da igual. Creo que podría continuar durante horas. Cada persona es un mundo, con sus características, sus gustos, sus ideas... Al fin y al cabo todos podemos describirnos pero no acabaríamos nunca, y a pesar de haber explicado una gran parte de mi, haberme aclarado bastante sobre lo que soy y lo que no, sigo estando perdida. Solo espero que algún día, todas esas cosas que aún no tengo claras, dejen de ser preguntas sin respuesta. Hasta entonces espero tener suerte en mi camino y ser capaz de levantarme en cada caída. 

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