de lo mucho que te quiero
ni de la manera en la que siento por ti.
Cuéntale al mundo
cómo son nuestras risas
cuando se acompañan a cada momento
y suenan en armonía con el brillo de nuestras miradas.
Grita,
todo lo fuerte que puedas,
para que todos te escuchen
y sepan que el amor de verdad
se esconde en la comisura de los labios.
Chilla,
que aún así,
no habrá palabras suficientes
para definir lo que siento
cada vez que me besas.
No sé cómo explicarlo...
Tal vez el mundo nunca pueda descubrir
cómo son las mariposas de mi estómago
porque son únicas en su especie
y sólo revolotean con el sonido de tu voz.
Nunca llegarás a imaginarte
la intensidad con la que ruge
la bestia que amenaza con devorar
cada una de tus células
porque solo tu cuerpo puede apaciguar su hambre.
Solo espero
que aunque tardes trece vidas en amarme
no pierdas la paciencia
porque, ojalá
sientas algún día
como te siento yo.
