Resulta difícil aprender a ganar en la pérdida, a encontrar en el llanto el resquicio de lo bueno. Aprender que las caídas son obstáculos que, además de entorpecer, empujan a seguir. Saber utilizar aquello que "no", para sacar el "sí".
En ocasiones nos obcecamos con el momento actual, nos encerramos y, a decir verdad, nos autoconvencemos de que todo es una mierda. Somos gilipollas.
El mal, el dolor, lo jodido... Todo está dentro de uno mismo, ese pequeño demonio que todos llevamos dentro y que nos atrapa en sus redes, pues resulta más sencillo rendirse al camino regalado que apostar por el sendero por el que tenemos que luchar.
No quiero extenderme demasiado, no resulta necesario. Hay momentos en los que sobran las palabras, hay momentos en los que sobran hasta los actos.
¿Quieres rendirte? Bien, haz lo que creas oportuno, pero de poco te va a servir.
Es tu vida, eres tú quien decide cómo vivirla.
Mucha suerte.