Me cuesta permanecer en el presente. Vivo el "hoy" de forma casi inconsciente y, para cuando quiero darme cuenta, llevo semanas estancada en el pasado.
Hoy puedo decir muchas cosas, afirmar y negar otras tantas, conformarme con lo que va viniendo y quejarme de lo que ya vino. No me cuesta vivir en este bucle, de hecho me resulta bastante sencillo, pero una cosa es lo que puedo hacer y otra lo que finalmente haga. He decidido dejar de conformarme y de quejarme, de insistir en dejar a todos claro lo que es y lo que no, destapar mentiras absurdas a las que la gente de cabida por el simple motivo de que se aburren con sus vidas. Hoy voy a mirar al frente, voy a tirar de mí, conmigo.
He conseguido averiguar que, lo que venga, tendrá motivos para llegar. Así que, ¿por qué quejarse de lo que llegó? Al fin y al cabo, por algo lo hizo, ¿no?
He visto que el conformismo no es un método de avance, ni de resistencia, ni de nada. El conformismo es recurrido por aquellos que se han cansado de luchar, por aquellos que no tienen ambiciones, que no aspiran a más, por todos esos que no saben lo que es soñar y cuyas ilusiones están escondidas. Y, siendo sincera, ¿desde cuando yo formo parte de esas personas? Jamás he sabido conformarme con algo que no sea todo lo que puedo alcanzar. A veces tardo mucho en reaccionar, lo sé, pero lo hago. Otra cosa no, pero ¿soñar? Vivo de mis sueños, de mis esperanzas. No sería capaz de seguir adelante sin tener sueños y metas inalcanzables, sin estar esperanzada de que llegará algo fantástico en algún momento porque me lo merezco. ¿De qué nos sirve vivir si no podemos hacerlo soñando?
Debo reconocer que soy bastante bipolar. Hoy estoy totalmente segura de mis palabras, pero quién sabe si cambiaré de opinión algún día.
No sé que será lo que venga, no sé si en un futuro mi parecer será totalmente diferente. Solo sé que hoy estoy más segura que nunca de todo aquello por lo que merece la pena luchar, y de que me gusta apostar por lo jodido. Uy, que malota soy ¿eh? No seamos modestos, el nivel de masoquismo del ser humano alcanza niveles estratosféricos. A la gran mayoría nos gusta pensar en imposibles, nos dan esperanzas. Masocas e ilusos, qué bien, así da gusto.
De ilusiones se vive, y a mi no me importa sufrir si lo hago por intentar alcanzar un imposible, por intentar hacerlo factible, porque ¿y si lo consigo?
Esto es hoy, esta soy hoy y así es mi "hoy" en este momento, pero eso no significa que no pueda modificarse. Recordad, soy cambiante e imprevisible, así que...
Veremos que pasa mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario