sábado, 5 de diciembre de 2015

La forma tan dulce que tienes de jugar con tu pelo.

Me adelanto al momento sabiendo que aprovecharé el tiempo, pues estaré observándote. Todos los días te encuentro, te veo y te escucho desde la invisibilidad de mi cuerpo, desde tu indiferencia, desde mi oculta presencia.
Y ahí estás tu, con tu pelo rizado y alocado, con tu chaqueta azul. Con la bondad de tu rostro y la labia que desprende tu postura, con tu dulzura y tu forma de caminar. 
Y de nuevo me encuentro sentada en el bus, a un metro de distancia, contigo pero sin ti. Y mientras que mis ojos se empapan de ti sin que tú lo percibas, me repito a mi misma que éste no es el camino apropiado, que no me ves, que no sirve de nada. "Apártalo, no es bueno para ti, eres invisible ¿recuerdas?", pero hago caso omiso a mi conciencia y continúo mirándote de reojo, adorando la forma tan dulce que tienes de jugar con tu pelo, olvidando por unos instantes a quien aún hoy me hace sufrir y dándome cuenta de que, poco a poco, voy sufriendo menos por aquél que no merece mi dolor, que nunca lo ha merecido. 
Escasos diez minutos y le doy al dichoso botón. "Parada solicitada" en rojo brillante, y cruzas tu mirada con la mía, pero es indiferente, mera curiosidad, creo. 
Me levanto, guardo el equilibrio y cuando el bus se para me bajo y comienzo a caminar. Arranca el motor del transporte y te busco detrás del cristal, ¿eso ha sido una mirada?, ¿me mirabas a mi? 
Qué más dará, sigo siendo transparente.
Y cuando el bus se aleja me saco de la cabeza lo guapo que es, vuelvo a la realidad y continúo mi camino. 
Qué bonito es soñar, ¿verdad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

The Hunger Games 32x32 Logo