Estoy agotada. Es imposible parar aquí y es algo que me encanta. Cada día van mejor las cosas, todo lo que me rodea es bueno y la sensación de plenitud es incluso abrumadora.
Las cenas, las risas, los paseos, las conversaciones... La música sonando a todo volumen constantemente. Esto es pura magia. Qué bonita puede llegar a ser la vida a veces.
Hoy estoy especialmente emocionada, pero no hay un porqué. Tengo los cinco sentidos puestos en disfrutar cada día como si fuera el último y está funcionando. Tanto que podría llorar de felicidad. Y ahora me doy cuenta de que, si lo hiciera, probablemente sería de las únicas veces que he llorado por ser realmente feliz.
El destino ha superado mis expectativas y, aunque sé que no siempre será así, por ahora solo puedo darle gracias a la vida por poner este regalo en mi camino. Hay tesoros que no son de oro, éste brilla entre los tonos verdes del valle y los azules del mar.
No existe el silencio aquí, el viento, los árboles, el agua, los pájaros, las olas... Es la mejor banda sonora que he escuchado nunca.
¿Es posible que haya encontrado mi sitio?
No lo sé. Lo que si sé es que siempre llevaré este rincón del mundo tatuado en el alma.
Gracias, vida... Por todo.
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