Resulta difícil darte cuenta de que hay cosas que se te
escapan de las manos. Crees que controlar lo que sucede a tu alrededor es fácil, pero llega un momento en el que algo falla. Deja de creer que a ti eso no te va
a pasar, que eres cauto, que tienes cuidado con lo que haces y con cómo lo
haces y que, realmente, es casi imposible que a ti te fallen los planes. Baja
de la nube, ya. A todos se nos joden momentos ya planeados. Esperas que algo
pase por que te apetece que suceda o porque simplemente ya ha ocurrido
anteriormente, pero, si no sucede lo que esperas, te defraudas. Eh, que el
mundo gira, cambia, se renueva y envejece constantemente, y si tienes la más
remota esperanza de que todo en la vida te va a salir bien, estás jodido. Hay
que saber aceptar que las cosas se tuercen y hay que estar prevenidos. No
puedes poner todas y cada una de tus esperanzas en algo porque, por mucho que
lo desees, siempre existe la puta posibilidad de que algo salga mal y créeme,
es una mierda lo que se siente cuando
algo tan deseado se desmorona por completo. Disfruta de los errores, aprende de
ellos y, por supuesto, si es lo que toca, jódete, ya llegará lo bueno.
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