lunes, 13 de enero de 2014

Fue bonito mientras duró ¿no?

Hay momentos en los que, sin querer, te das cuenta de algún mínimo detalle que te hace cambiar de parecer, de forma de pensar para con algo. Un detalle insignificante que, para la inmensa mayoría, sería solo eso, algo insignificante, mientras que para ti implica algo mucho más grande. Un "Hola" a secas en lugar de un " Hola peque" un simple "adiós" en vez de "descansa cielo"... pequeños detalles que poco a poco van aumentando, sutilmente, sin que nadie lo perciba. Y sí, llevas mucho tiempo dándote cuenta de que las cosas están cambiando pero no has querido reconocerlo, al fin y al cabo solo eran pequeños detalles. Ahora te explota en la cara, abres lo ojos y entonces lo ves, ves todo el tiempo que llevas intentando evitar ese cambio en tu vida y no has podido hacerlo, ves que has hecho lo imposible para no perder esa parte de ti que ahora sabes que no volverá.
Las personas son capaces de influir en una vida de formas diferentes y con diferentes intensidades, algunos llegan a lo más profundo de ti, comienzan a formar parte de algo tan grande que ni tú misma/o eres capaz de controlar su expansión hasta que un día se va y ves ese vacío.  Es una sensación rara, comienzas pensando en que, sin esa parte de ti, tú ya no eres tú del todo. Después te echas en cara los millones de errores que has cometido y que han podido influir en ese cambio. Lo que viene a continuación es la peor parte, ves como esa persona que es parte de ti (porque sigue siendo parte de ti aunque lo intentes negar)  sigue su camino y ahí es cuando te das cuenta de que a algo que un día absorbió la mayor parte de tu ser no le eres tan importante, no te necesita, acéptalo. ¿Cómo puede aceptarse una afirmación tan cruel? es duro, pero se consigue... ¿yo lo conseguí? no, y se que no lo haré hasta dentro de mucho tiempo pero también sé que seré capaz de hacerlo, es solo que todavía no he tenido el valor de intentarlo, de intentar aceptar que no volverá a mi lado como antes, que no me pedirá ayuda en los peores momentos, que nunca y repito nunca llegaré a ser para esa persona la mitad de necesaria de lo que él/ella lo fue para mi.
Siempre lo echarás de menos, pero con el tiempo pasará de ser doloroso recordar cada palabra, a ser un bonito recuerdo de una bonita amistad.
Fue bonito mientras duró, ¿no?

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