Recuerdo la inseguridad y el miedo que sentía por lo que me rodeaba, y lo peor es que también lo sentía por mi misma. No supe valorar lo que yo realmente valía. Ahora lo sé.
He descubierto que en el camino no solo hay obstáculos, también hay decisiones, hay recuerdos, hay detalles que marcan la diferencia. He comprendido que en mi camino había un gran parón, un giro, un enorme escalón tras el cual se hallaba aquello que yo andaba buscando. Encontré la seguridad que necesitaba para quererme, vi todas esas cosas que me estaba perdiendo por no apreciar cada pieza del puzle y, sobre todo, por no apreciarme a mi.
Comprendí que el motivo de mis miedos e inseguridades era yo misma y decidí que era hora de cambiar las cosas, que nadie me haría sentir inferior si yo abría los ojos y me daba cuenta de una vez por todas de que no lo era.
Todos tenemos algo dentro que nos hace diferentes y especiales, pero es imposible que lo vean los demás si no somos capaces de verlo nosotros.
Yo aprendí a verlo, y espero que os pase a vosotros también.
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